Los organizadores de Wimbledon, el tercer Grand Slam de la temporada, se
reunirán este miércoles, con carácter de emergencia, para decidir la
cancelación del torneo, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
El brote de coronavirus se ha llevado la mayoría de grandes eventos
deportivos por delante y el siguiente en la lista parece ser Wimbledon,
que estaba programado del 29 de junio al 12 de julio.
Mientras que Roland Garros, que debía disputarse un mes antes, tomó la
decisión unilateral de mover sus fechas a septiembre, las opciones de
Wimbledon son mucho más escasas.
Jugar a puerta cerrada no parece una opción puesto que pese a ello el
torneo necesitaría de muchos trabajadores dentro del All England Club,
al tiempo que un aplazamiento es muy complicado debido a las condiciones
especiales de la hierba, que necesita un determinado número de horas de
sol para estar preparada para el juego, y el tiempo de Londres, mucho
más húmedo en otros momentos del año.